En un comunicado de prensa publicado en
el portal del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el máximo tribunal
venezolano declaró nula todas las sesiones de la Asamblea Nacional (AN)
en 2017 desde su instalación el 5 de enero, por persistir en desacato,
violar la constitución y su propio reglamento interior y debates, “todo
ello conforme a lo examinado en las sentencias números 2 y 3, publicadas
el 11 de enero de 2017, por la Sala Constitucional”.
El pasado día lunes 9 de enero, el TSJ
instó al Parlamento a abstenerse de tomar decisiones fuera de las
atribuciones que la Constitución otorga al Poder Legislativo, debido a
que no está facultado constitucionalmente para declarar el “abandono del
cargo” del presdiente de la República.
De esta manera, todas las decisiones y
actos de la AN quedan al margen de la ley a partir del día de ayer y por
ende su junta directiva, que como señala el TSJ, fue electa bajo
situación de desacato.
Apunta la Sala Constitucional del TSJ en
su nota de prensa que “los diputados que conformaron la Junta Directiva
durante el año 2016, que antes de instalar el segundo periodo de
sesiones y elegir válidamente a la Junta Directiva para el año 2017,
deben hacer cesar el desacato al Poder Judicial, para que la nueva junta
sea legítima y los actos de la Asamblea Nacional sean válidos, en
acatamiento, entre otras, a las sentencias Nros. 808 y 810, de fechas 2 y
21-09-2016, respectivamente; la sentencia 952 del 21 de noviembre de
2016, así como también las decisiones 1012, 1013, 1014 del 25-11-2016 y
la N° 1 del 06 de enero de 2017, en las que se ha ratificado el desacato
por parte de la Asamblea Nacional a las decisiones N° 260 del
30-12-2015, 1 del 11-01-2016 y 108 del 01-08-2016, emanadas de la Sala
Electoral del TSJ”.
Ya que el desacato al TSJ fue propiciado
por las decisiones inconstitucionales tomadas por la junta directiva
encabezada por Henry Ramos Allup, este es quien debe acatar las
sentencias del máximo tribunal para acatarlas y no el actual, Julio
Borges, que fue electa bajo dicha situación de ilegalidad, dejando sin
efectos legales prácticos la desincorporación de los tres diputados del
estado Amazonas. A efectos legales, Henry Ramos Allup sigue siendo el
presidente de la AN en tanto y en cuanto persiste el desacato adquirido
en su gestión, el cual impide la elección una nueva junta directiva
hasta que no se acaten las sentencias anteriormente enumeradas.
Al ser intransferible la responsabilidad
legal que contrajo por violar preceptos constitucionales y del poder
legislativo, la presidencia de Julio Borges y la nueva junta directiva
de la AN queda al margen de la constitución y las leyes del país. Ese
acto es nulo y carece de legalidad. Por ende Henry Ramos Allup es el
único facultado para sacar a la AN de su desacato al TSJ, ya que fue él y
no otro quien lo generó. Nadie puede pagar los delitos cometidos por
otro.
Sólo en las manos de Henry Ramos Allup
está la posibilidad de que el poder legislativo venezolanos se ajuste a
derecho y retome sus atribuciones constitucionales, respetando los
dictámenes de la Sala Constitucional del TSJ. El desacato más que una
cuestión jurídica, es causa y razón fundamental de que la MUD haya
desperdiciado el capital político acumulado durante 2015 y que gran
parte de susseguidores hayan quedado en estado de frustración por no
haber cumplido sus promesas de salir del chavismo en 2016.
El antichavismo es el principal
responsable de que el único poder del Estado que han logrado conquistar
en más de una década esté inhabilitado para tomar decisiones vinculantes
para la realidad del país. Su carácter de ilegalidad y su desprestigio
es responsabilidad de Henry Ramos Allup y del resto de la junta
directiva de 2016, que hasta no acatar las sentencias del TSJ siguen
dirigiendo esa institución en desacato.
Julio Borges (PJ), Freddy Guevara (VP) y
el resto de la junta directiva ilegalmente electa, usurpan un cascarón
vacío que poco y nada ha hecho para resolver los acuciantes problemas de
la población venezolana.
Esto pone en relieve que Henry Ramos
Allup produjo esta situación de desacato concientemente para dirigirla
aunquea sea fuera del ordenamiento jurídico venezolano, dependiendo
únicamente de su decisión si sigue con vida o no con vida buena parte de
la agenda antichavista que utiliza al poder legislativo como trampolín
mediático e internacional.
En lo que respecta a los juegos de poder
internos de la oposición venezolana, Henry Ramos Allup se salió con la
suya. Sigue siendo presidente de la AN.
¿Primero Justicia y Voluntad Popular, la nueva generación política del antichavismo, se calará que el adeco los siga pisoteando?
Misión Verdad
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