El llamado 'juego del muelle'
está generando cierta alarma social. Parece una nueva moda, una
verdadera imprudencia relativamente extendida entre adolescentes,
animados por el alcohol y cierta temeridad propia de la edad. También
llamado 'ruleta sexual', el juego consiste básicamente en que los chicos
se sitúan en círculo, sin ropa interior, mientras las chicas se van
sentando sobre ellos alternativamente, cada 30 segundos, forzando una
penetración. Los chicos que eyaculen van siendo progresivamente
eliminados.
El diario español 'El Confidencial',
afirma que la moda surgió en América Latina, "donde estas peligrosas
prácticas entre adolescentes son muy frecuentes. Casi siempre envueltas
en un ambiente plagado de consumo de alcohol —y en ocasiones también
drogas—, la 'ruleta sexual' recibe el nombre de 'carrusel' y ha
provocado hechos tan alarmantes como los que se publicaron en Colombia
hace tres años: 6.967 embarazos no deseados se registraron entre niñas
de 10 a 19 años".
Según publica otro diario de España, 'El
Correo', "el primer caso conocido en España tuvo lugar hace unos meses
en un piso de Fuenlabrada, en Madrid. En un vídeo que circula por las
redes sociales, se puede ver a varias chicas desnudas de cintura para
abajo. El juego empieza cuando se sientan encima de tres chicos forzando
la penetración sin protección. A los 30 segundos cambian de pareja. Y
así dos veces más hasta que uno de los chicos finalmente eyacula".
Riesgos importantes
En RT hemos consultado con E.H.C., una
doctora del hospital Gregorio Marañón de Madrid, que nos ha explicado
que en este juego "el riesgo principal para la chica es el embarazo no
deseado, y en cuanto a contagios, todas las infecciones de transmisión
sexual, para las que el preservativo no siempre proporciona suficiente
protección".
Entre estas infecciones posibles, la
doctora destaca la peligrosidad del virus del papiloma humano (VPH): "es
un riesgo muy grave. Mucha gente se infecta y en muchas ocasiones no
pasa nada; pero en un pequeño porcentaje de casos aparecen verrugas
genitales o, lo que es peor, una metaplasia que podría acabar generando
un cáncer de cérvix". Para los chicos, los riesgos asociados al papiloma
no son tan graves, pero pueden convertirse en potenciales transmisores
del virus y propagarlo entre muchas.
En cuanto a la atención del paciente que
declare haber participado en un juego de este tipo, el protocolo no
difiere demasiado del que se aplica a cualquier persona que acuda a
consulta tras realizar prácticas sexuales de riesgo: "depende del caso, y
de lo que declare el o la paciente, habrá que administrar la píldora
anticonceptiva...y en todo caso hay que hacer una buena exploración. Y
un buen seguimiento, porque muchas enfermedades de transmisión sexual no
se manifiestan enseguida, sino tras un periodo de latencia".
La doctora no descarta que este tipo de
prácticas, generalmente realizadas por adolescentes y en entornos en que
se mezcla el alcohol o las drogas, la presión social y la inseguridad,
puedan dejar algún tipo de secuelas psicológicas. "Es una edad
complicada y hay que atender ese factor también", añade.
(RT)
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